jueves, 1 de septiembre de 2022

Los horarios de la línea A de Vitrasa imposibilitan su uso para los primeros vuelos de la mañana

Mucho se ha escrito sobre el variado listado de deficiencias que presenta el servicio de transporte de autobús entre el Aeropuerto de Vigo y el centro de la ciudad (y viceversa): impuntualidad, exceso de paradas, inexistente conexión directa con la estación de autobuses, vehículos sin portaequipajes... Se podría decir que se trata del segundo gran fracaso de la gestión del Concello de Vigo en lo que respecta al aeropuerto y es que, además de no haber conseguido atraer las prometidas nuevas rutas nacionales e internacionales estables, tampoco han cumplido con el prometido nuevo servicio de bus exprés o lanzadera a la terminal, del que incluso llegaron a publicar una propuesta de recorrido hace algunos años. Es más, el consistorio vigués ha optado por prorrogar con Vitrasa por otros 5 años la concesión del transporte público en autobús que caducaba en junio de 2020, lo que impedirá hasta, al menos, 2025 diseñar un nuevo plan de transporte adaptado a las circunstancias actuales de la ciudad  (el vigente es de 1995) y, por extensión, del aeropuerto. Esta cuestión apenas se ha mencionado en la prensa de influencia local en los últimos meses o años, y las últimas declaraciones al respecto del alcalde, Abel Caballero, iban, como no, en la línea de solicitar un servicio de lanzadera pagado por la Xunta de Galicia como "hace en Santiago y A Coruña".

Caballeradas aparte, lo cierto es que el servicio de autobús entre el aeropuerto y el centro de la ciudad, en el caso de A Coruña, forma parte del plan de transporte metropolitano. El servicio opera con una frecuencia de 30 minutos desde las 05:00h hasta las 23:30h o 00:30h y cuenta con solo 8 paradas. De igual forma, hay otras 2 rutas que conectan los municipios cercanos con la terminal. Por su parte, la lanzadera al aeropuerto de Santiago financiada por la Xunta desapareció en diciembre de 2020, siendo este servicio asumido por la compañía de transporte urbano de la ciudad mediante la prolongación de una ruta preexistente que servía a la localidad de Lavacolla. Desde el Concello de Santiago han anunciado recientemente que sustituirán el actual servicio, que también recibía numerosas quejas por las condiciones de los autocares, los horarios y el número de paradas; por una nueva lanzadera directa de gestión municipal. 

En el caso de Vigo, el único "avance" que se ha producido en los últimos años tuvo lugar a principios de 2022. La vieja ruta 9A que conectaba la ciudad y el aeropuerto fue sustituida por la  nueva línea A, que cubre un trayecto de nada menos que 30 km entre la Universidad y el aeropuerto, con un recorrido que, de punta a punta, dura hasta 90 minutos. Aunque tiene varias variantes, el plan incluye hasta 31 paradas, opera con una frecuencia de entre 30 y 40 minutos de lunes a sábado y 1 hora los sábados. En lo que se refiere a las viejas quejas ya históricas, no se ha solucionado ninguna de ellas: los autobuses no cuentan con espacio para equipaje, el número de paradas y la duración del trayecto es enorme, lo que conlleva retrasos frecuentes; y el horario no está adaptado a los vuelos, sino a las circunstancias de una ruta tan larga. En lo que se refiere a conexión con los nudos de transporte, la línea A sigue sin estar conectada con la estación de autobuses y tampoco posee parada directa en la estación de FFCC Vigo-Guixar. Sí tiene conexión con la estación de FFCC Vigo-Urzáiz pues, aunque no para en la propia estación intermodal (la estación de autobuses sigue cerrada, pese a haberse finalizado las obras hace ya varias semanas) sí lo hace en las inmediaciones (esta parada acabará arreglando, por sí misma, la conexión con la estación de autobuses, ya que en un futuro -esperemos próximo- se pondrá en funcionamiento la que integra el complejo intermodal, sustituyendo a la actual). 

Hasta 12 vuelos semanales sin servicio o con difícil servicio 

Volviendo al tema que nos ocupa en este artículo, lo cierto es que los horarios de la nueva línea A no han favorecido a los pasajeros del aeropuerto sino, más bien, lo contrario. El primer autobús desde el centro de Vigo llega a la terminal a las 5:54h de lunes a viernes. En estas jornadas, el primer vuelo en despegar es el Iberia que duerme cada noche en Peinador, y que parte hacia el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas a las 6:30h. Es decir, si el autobús cumpliese escrupulosamente su horario, sus usuarios tendrían exactamente 36 minutos entre que pisasen la terminal y despegase su avión. Recordemos que Iberia cierra sus mostradores de facturación 45 minutos antes de la salida de cada vuelo, y la puerta de embarque 20 minutos antes del horario de despegue. Es decir, los pasajeros de este primer vuelo tendrían que volar sin equipaje facturado, y tendrían exactamente 16 minutos para pasar el control de seguridad y embarcar, siempre y cuando no haya ni un mínimo retraso en el trayecto en bus.

La situación es incluso peor en el fin de semana, ya que los usuarios del bus ni siquiera podrán alcanzar los primeros vuelos de la mañana. Así, tomando los horarios de la próxima temporada de invierno (aunque misma situación se ha vivido durante la de verano), los sábados el primer vuelo de Peinador despegaría a las 06:30h dirección Madrid, mientras el primer bus llegaría a la terminal desde el centro de la ciudad 15 minutos después, a las 6:45h. De igual forma, los domingos habría hasta 3 vuelos con salida a las 08:40h hacia Madrid y a las 09:20h hacia Madrid y Barcelona para los que sería imposible acudir al autobús, ya que la primera frecuencia no llegaría al aeropuerto hasta 1 minuto después de la salida de los 2 últimos vuelos, a las 9:21h. 

En lo que se refiere a las llegadas, los pasajeros que aterricen en Peinador los domingos a las 07:50h procedentes de Madrid, a las 08:40h procedentes del mismo destino o a las 08:45h procedentes de Barcelona tendrán que esperar un mínimo de 1 hora y 41 minutos, 51 minutos o 46 minutos, respectivamente, para tomar la primera salida hacia el centro de la ciudad a las 9:31h. 

En definitiva, la línea A no podrá ser empleada por los usuarios de 4 vuelos cada fin de semana, obligará a los de otros 3 cada domingo a una larga espera en la terminal y tendrá con los nervios a flor de piel a los de 5 vuelos de lunes a viernes, si es que quieren arriesgarse. Teniendo en cuenta la capacidad de las aeronaves programadas, hablamos de algo más de 2.000 personas cada semana con imposibilidad o graves dificultades para emplear la única alternativa de transporte público de la terminal, al margen del taxi, cuya tarifa hasta el centro de la ciudad es de algo más de 22€. 

2 comentarios:

  1. Del inútil del alcalde que tenemos no se puede esperar otra cosa.

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  2. Creo que esa línea lo trae de cabeza en cuanto al final del recorrido 😉

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